Por Miriam Mata
Un grupo de migrantes detenidos en el mar durante más de un día debido a problemas burocráticos tenían tanto miedo de que los entregaran a la guardia costera libia que estaban a punto de arrojarse al agua porque “preferían morir”, sostuvo un grupo de ayuda.
El buque de rescate SOS Mediterranee Aquarius atracó en el puerto siciliano de Catania el jueves con 105 migrantes a bordo. Los había rescatado un velero británico el domingo, pero se los dejó en el mar cuando Italia insistió que Gran Bretaña aprobara su traslado al Aquarius, una nave más grande. Londres dijo que no estaba a cargo del rescate, y finalmente Italia aprobó la transferencia.
El jefe de comunicaciones de SOS Mediterranee, Matthew Carter, dijo que el rescate era revelador de “una tendencia creciente a las demoras, la confusión de las autoridades y quién está a cargo de coordinar los rescates y las transferencias”.
Algunos de los migrantes, obligados a permanecer en la cubierta del velero durante el incidente, sufrieron insolación y un chico de 11 años vomitó sangre, dijo Carter.
Fue la segunda vez en dos meses que Italia demoró el arribo de migrantes rescatados a tierra firme al insistir en formalidades burocráticas relacionadas con la bandera de los buques de rescate. Parece ser una táctica de los italianos para disuadir a los grupos de ayuda de operar en el Mediterráneo y que los libios se hagan cargo de los migrantes.
La guardia costera italiana dice que las leyes internacionales obligan a los países de bandera de los buques soliciten autorización formal para atracar y descargar, pero Italia no había exigido ese requisito antes de empezar a dar apoyo logístico y financiero a los libios. Fuente AP
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