Por Miriam Mata
La Tierra tiene dos polos: norte y sur; los átomos, dos cargas: iones y protones. Y el Pacto con Irán: Plan de Acción Integral Conjunto (PAIC) firmado el 14 de julio de 2015 en Viena, tiene defensores y detractores. Tras su esperada ruptura –martes 8 de mayo–, los defensores consideran que “el abandono estadounidense del acuerdo con Irán representa una amenaza para la paz”. Para John Hughes, exfuncionario del Departamento de Estado, “el mundo es menos seguro y se incrementa significativamente la posibilidad de un enfrentamiento militar”. Hoy, desde una posición aislacionista/unilateral, la Casa Blanca regresa a dictar sanciones para frenar el desarrollo nuclear del país del Oriente Próximo.
Israel siempre fue desafecto al tratado con Teherán, lo que permite considerar que “el único ganador sea, de momento, Israel.
“Hasta la fecha, y así lo ha acreditado la Agencia Internacional para la Energía Atómica (AEIA), encargada de verificar el cumplimiento del acuerdo, Irán ha cumplido con sus obligaciones”. Sin embargo, Israel por medio de “Benjamín Netanyahu, declaró que su país tiene pruebas de que Irán mantiene su programa nuclear”. Opiniones encontradas. Pero la aversión del presidente Trump al pacto viene desde la campaña de 2016 al considerarlo “el peor del mundo”. Da la impresión de que una idea fija lo dirige: deshacer el legado de su predecesor y cumplimentar la promesa electoral, saliéndose del acuerdo, como hizo con el Acuerdo de París sobre el Cambio Climático, el Acuerdo Transpacífico y otros. No se da cuenta que está creando un precedente: Estados Unidos es un socio/aliado en el que no se puede confiar. Fuente El Nuevo Herald.
[youtube https://www.youtube.com/watch?v=LaI-k34xnaA&w=560&h=315]