Rusia se reencontró con la victoria al inaugurar su Mundial, pero perdió a otro jugador por lesión. Y el presidente Vladimir Putin quedó deleitado con ver a su selección salir victoriosa en la apertura de la Copa del Mundo.
Ese fue el balance de los anfitriones el jueves, al poner en marcha la Copa del Mundo con una inapelable goleada 5-0 ante Arabia Saudí.
Dos magistrales goles de Denis Cheryshev, los cabezazos Yuri Gazinsky y Artem Dzyuba y un tiro libre de Alexandr Golovin alegraron la inauguración para los rusos, que llegaron al Mundial inmersos en una racha de siete partidos sin ganar. Golovin también fue el asistente en los tantos de Gazinsky y Dzyuba.
“No tengo palabras para decir lo que siento”, dijo Cheryshev en perfecto castellano, aprendido desde que era niño en España “Ya estaba feliz por la convocatoria, pero nunca había soñado en hacer algo como esto”.
Sus dos definiciones fueron para enmarcar, la primera tras regatear a dos defensores dentro del área y la otra con un exquisito remate de zurda desde fuera de ésta.
El extremo zurdo se perdió el pasado Mundial en Brasil cuando el entonces técnico Fabio Capello decidió descartarle a raíz de una temporada plagada por lesiones en España. Con 27 años, pudo finalmente cumplir algo que estuvo fuera del alcance de su padre, Dmitri, ex jugador del Sporting Gijón y que nunca pudo ir a un Mundial o una Eurocopa con la selección.
“Confiaba mucho que todo iba a salir bien”, dijo Cheryshev sobre su padre. “Él estaba muy emocionado que su hijo pudiera estar aquí y esta victoria es para él, mi familia y mi chica”.
Mejor no podía ser el resultado en el arranque del torneo para un cuestionado equipo, el de más bajo ranking de la FIFA entre los 32 participantes. El gran temor en Rusia es quedar eliminado de su fiesta en la primera ronda. Eso solo ha ocurrido una vez en la historia, padecido por Sudáfrica en 2010.
Pero los rusos superaron la primera prueba del Grupo A en el estadio Luzhniki de Moscú, complaciendo a Putin. No cantaban victoria en un Mundial desde la edición de 2002.
Encarrillaron el partido rápidamente cuando Gazinsky estrenó su expediente goleador con la selección al anotar el primer tanto del torneo a los 12 minutos.
En el palco de dignatarios, Putin y el presidente de la FIFA Gianni Infantino sonrieron e hicieron el ademán de “ni modo” hacia el gobernante saudí, el príncipe Mohammed bin Salman. Putin se inclinó para darle la mano al príncipe.
La suerte rusa fue encontrarse con un conjunto saudí que le facilitó los deberes con la bochornosa displicencia de los defensores, prácticamente estatuas en la cancha.
Más allá del entusiasmo y empeño voluntarioso, el equipo del técnico argentino Juan Antonio Pizzi dejó mucho que desear. Fuente AP
[youtube https://www.youtube.com/watch?v=LaI-k34xnaA&w=560&h=315]