Alex Friedmann estuvo a favor de las cárceles privadas en algún momento. Él pasó seis años de su vida en una de ellas, desde 1992 hasta 1998, en una cárcel recién construida en Tennessee. Estuvo preso por una serie de robos a mano armada cometidos entre sus 18 y 22 años de edad.
El Centro Penitenciaro de la Región Sur Central en Clifton, Tennessee, era manejado por la empresa privada CCA, ahora conocida como CoreCivic. “Las cosas brillaban. Tenían refrescos en el comedor. Todo se veía bastante bien”, recordó.
Poco después, él empezó a notar problemas a raíz de los esfuerzos por reducir costos por parte de la compañía – específicamente la cantidad de sustituciones de trabajadores mal pagados en la prisión, lo cual representaba un riesgo de seguridad.
“Hubo un asesinato durante los primeros dos meses que estuve ahí”, dijo Friedman, y también “un escape un par de meses después de haber llegado ahí. Hubo revueltas y mucho más”.
Luego trasladaron a Friedmann a una centro penitenciario público, casi idéntico excepto por la cantidad de efectivos que ayudaban a mantener la paz en el lugar. Friedman afirmó que CoreCivic promociona sus cámaras de seguridad como una vía efectiva para sustituir miembros del equipo.
…Ex privados de libertad como Friedman, sus familias y ex empleados de cárceles privadas han acusado a las compañías de descuidar servicios de salud y medidas de seguridad con tal de ahorrar dinero o dar abasto con la escasez de personal. (VOA)
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