Funcionarios de instituciones estatales como la empresa de comunicaciones reconocen que las ofertas de servicio se diseñan pensando en que serán costadas con las remesas que la población recibe del exterior
El piso sucio. Taxistas depredadores cobran por una carrera, tarifas similares a las que cobran en Nueva York. Personas bebiendo cerveza como cosacos mientras esperan la llegada de sus parientes de Miami.
Cuando por la puerta de la terminal aérea comienzan a aparecer los cubanos residentes en la Ciudad del Sol, cargados de paquetes, televisores de pantalla plana, como Santa Claus en Navidad, los familiares agitan sus manos y gritan su nombre para que los reconozcan entre la multitud que se arremolina a la salida del minucioso control aduanal.
Luego de besos, abrazos y caras de circunstancia, abordan un auto alquilado rumbo al antiguo domicilio del recién llegado. Es el caso de Roberto, quien viaja cinco o seis veces al año a Cuba.