El viernes por la tarde, durante su campaña de votación en Miami en apoyo a Andrew Gillum y Bill Nelson, al ex presidente Barack Obama le dio hambre y se le ocurrió ir a un restaurante Coyo Taco de Wynwood.
Y el barrio enloqueció.
Las mujeres gritaban cuando Obama se bajó de un Chevy Suburban de color plateado que se detuvo en la segunda avenida del noroeste a alrededor de las 3:45 p.m. Todo el mundo tenía en las manos los teléfonos celulares para tomar fotografías y llamar a sus amigos. Obama estrechó algunas manos.
“¡Quiero que todos salgan a votar!”, gritó el ex mandatario.
( El Nuevo Herald )
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