El primer ministro israelí Benjamin Netanyahu regresó el domingo a sus actividades cotidianas tras ser acusado de corrupción, pero el muro de silencio en su reunión de gabinete pronosticaba tiempos difíciles para el líder israelí, según publica AP.
Netanyahu está decidido a luchar contra las acusaciones mientras al mismo tiempo permanece en el cargo, lo que promete ser una larga batalla judicial.
Pero mucho antes de que comience el proceso, podría ser su propio Partido Likud quien decida su futuro político a medida que Israel parece dirigirse hacia nuevas elecciones.
Una muestra de apoyo de su gabinete le daría un impulso a Netanyahu mientras intenta que su partido y la gente lo apoyen. Sin embargo, sus esfuerzos hasta ahora al parecer no son suficientes.
Un alto funcionario del Likud, Gideon Saar, ya anunció su intención de enfrentar a Netanyahu en las primarias del partido, mientras que otras personas que antes lo apoyaban han dicho que debería renunciar.