“Ni Donald Trump los ha podido parar, no digamos cuatro policías”, se queja un agente hondureño mientras revisan las identificaciones a 30 personas procedentes de África y Haití que entraron a Honduras desde Nicaragua, rumbo a México y Estados Unidos, según publica AFP.
Tras ingresar por un “punto ciego” cruzando las aguas del fronterizo río Guasaule, los migrantes caminaban por la carretera cuando chocaron con un retén frente a la estación policial de San Jerónimo, a unos 10 km de la aduana de
Explica que todos llegan en avión a Brasil, Chile, Uruguay y otros países suramericanos, donde inician la travesía.
Honduras, al igual que El Salvador y Guatemala, firmó un acuerdo migratorio con Washington en el que se comprometen a recibirlos mientras tramitan su solicitud de asilo en Estados Unidos.
Los tres países centroamericanos son también responsables de gran parte de la migración irregular al país del norte, adonde van huyendo de la violencia y la pobreza que viven en sus lugares de origen.