Los esfuerzos encabezados por el presidente interino Juan Guaidó por salir del régimen de Caracas enfrentarán una prueba de fuego el domingo en una crucial votación parlamentaria que podría quebrar las piernas del movimiento opositor y otorgarle al gobernante de facto Nicolás Maduro más poder sobre la Asamblea Nacional de Venezuela, según publica el Nuevo Herald.
El choque de trenes, cuyo desenlace podría amenazar la sostenibilidad de la coalición de más de 55 países que ven a Guaidó como el legítimo presidente de Venezuela, se produce en medio de acusaciones de que el régimen está ofreciendo sobornos de hasta un millón de dólares por cada voto opositor que le ayude a retomar el control de la Asamblea Nacional, en una maniobra bautizada como la “Operación Alacrán”.
Fuentes dentro del campo de Guaidó aseguran que el movimiento opositor está convencido de tener suficientes votos para salir airoso en la prueba del domingo, aunque son cuidadosos en decir que el régimen está dispuesto a ir muy lejos para derrotar al presidente interino, estando incluso dispuesto a usar la violencia o cortar el suministro eléctrico para sabotear la votación.
Y aún si la operación Alacrán no logra picar fatalmente el movimiento opositor y Guaidó gana la votación del domingo, expertos advierten que el joven dirigente político tiene camino duro e incierto por delante a lo largo del 2020.
La oposición venezolana conquistó 112 de los 167 escaños de la Asamblea Nacional en la última elección y Guaidó solo necesita 84 votos para mantenerse como jefe del parlamento.
En las últimas entrevistas que ha brindado, el dirigente opositor asegura que tiene muchos más votos para ganar la reelección en la votación del 5 de enero.