La caravana de unos 2.000 inmigrantes hondureños que esta semana abandonaron su país con la idea de llegar de manera ilegal a EE.UU. ha reafirmado que su decisión supera cualquier ley migratoria estadounidense por rigurosa que sea, según publica Diario Libre.
Los mensajes oficiales de Honduras y Estados Unidos, advirtiendo del peligro al que se exponen los que viajan de manera ilegal, lo mismo que el endurecimiento de las leyes migratorias estadounidenses, no han calado entre los más de 2.000 hondureños que esta semana salieron en caravana desde una central de transporte interurbano en San Pedro Sula, norte del país centroamericano.
Ninguna institución ni persona particular se atribuyó la invitación en redes sociales a salir en la caravana, que se suma a otras dos en enero y abril de 2019 y dos en octubre de 2018.
Las autoridades hondureñas atribuyen en parte a sectores políticos de oposición la ‘organización’ de las caravanas, aunque al frente de las movilizaciones masivas no figure ningún líder, ni ninguna bandera de partidos políticos, pero sí seguidores y activistas del Partido Libertad y Refundación (Libre), cuyo coordinador general es el expresidente Manuel Zelaya, derrocado mediante un golpe de Estado el 28 de junio de 2009.
La consigna que más corean los inmigrantes es ‘Fuera JOH’ (Juan Orlando Hernández, presidente del país), quien el 27 de enero cumplirá dos años de su segundo mandato, luego de las elecciones de noviembre de 2017 en las que la oposición aduce que hubo ‘fraude’.
La única bandera que hacen flamear y portan los inmigrantes desde que salen en caravanas es la de Honduras, con la que muchos de ellos también se arropan porque ‘por ella nos conocen en el mundo’, comentó a Efe un joven procedente de Villanueva, departamento de Cortés (norte), que se identificó como José Luis Ramírez, de 19 años.
En la caravana de esta semana, que se dividió en dos grupos, uno pequeño que ingresó a Guatemala de manera ilegal por el punto fronterizo de Corinto, norte, y otro, el más numeroso, por Agua Caliente, en el occidente hondureño, iban muchas mujeres y menores de edad, incluyendo niños entre uno y diez años.
Al igual que en las otras caravanas anteriores, la falta de fuentes de trabajo y la inseguridad, son las causas que más aducen los inmigrantes para abandonar su país.