La búsqueda sobre los orígenes del coronavirus que ha terminado con la vida de más de 150 000 personas en el mundo ha desbordado el terreno científico y se extiende ahora al diplomático, publica RFI.
El presidente de Estados Unidos acusó de nueva cuenta a China de ocultar información sobre el estado real de la situación en su país.
El responsable de la diplomacia estadounidense, Mike Pompeo, dijo que su país lleva a cabo una « investigación exhaustiva para saber cómo el virus se propagó y contaminó al mundo ».

El centro de esta polémica se sitúa en Wuhan donde está ubicado el WIV, el Instituto de virología de la provincia de donde partió el virus.
Allí hay un laboratorio de tipo P4, es decir dedicado al estudio de virus de alta peligrosidad.
Es de allí de donde podría haber escapado el virus que ha contaminado más de 2,2 millones de personas alrededor del mundo.
Una de las hipótesis que están a discusión es saber si la pandemia pudo ser provocada por un error humano.
Una manipulación involuntaria pudo producirse, sostienen especialistas.
En situación defensiva después que los gobiernos de Francia y Gran Bretaña sumaron en forma pública sus dudas a las críticas de Washington, Pekín reiteró que ha actuado con total transparencia.
« No hubo disimulación, nuestra actitud es irreprochable », afirmó el portavoz del ministerio de Asuntos Exteriores chino, quien llamó a « la unidad internacional » para combatir la pandemia.
China tiene mucho que perder en caso que las sospechas de Washington se confirmen correctas.
Más allá del tema sanitario y la protección de sus habitantes está la legitimidad del régimen.
Criticado desde el interior por los habitantes de Wuhan por la manera como el gobierno gestionó la crisis, la confirmación de otro tipo de manipulaciones abriría una crisis de graves consecuencias.
En el plano internacional supondría una ruptura sin precedentes en más de medio siglo.
¿Pekin habría querido manipuilar de manera tan burda la situación ?