Karl Hermann-Pope subrayó que bajo la socialdemocracia todo conservador debería ser libertario y todo libertario conservador. Esto se vuelve realidad en la Cuba de hoy, especialmente ante una propuesta neomarxista como el actual Código de las Familias, que rebaja la autoridad de la patria potestad al trocarla por “responsabilidad parental” e incorporar el término de “autonomía progresiva”.
Después del llamado de alerta de los conservadores cubanos sobre los ataques contra la institución de la familia en el nuevo Código de las Familias, varios libertarios han expresado su visión mediante sus redes sociales.
El fotógrafo y poeta Yunier Enríquez, escribió: “Así estamos viviendo, en la lógica de lo absurdo. Bajo la tiranía de los inadaptados. Dónde los que están rotos, ahora procuran arreglar a los que están completos. Dónde los enfermos, son los doctores de los sanos y dónde la razón se subordina a las emociones. Nuestros hijos no necesitan mejores leyes. Necesitan una mejor alimentación y mejores condiciones de vida. El estatismo es un cáncer”.
“La aprobación del nuevo Código de Familia cubano desatará un apartheid ideológico contra los que se opongan -advirtió. La agenda global tiene dos grandes enemigos. La familia, como la última institución social autónoma. Y la Iglesia, como el último bastión de resistencia. Ambas necesitan ser destruidas”.
“Hay alguien más que nos está enfrentando entre nosotros -concluyó. Y le está sacando provecho a este asunto. No podemos ser tan estúpidos como para no verlo. Los discursos de odio en Cuba, no salen de la Iglesia, Siempre han salido del Comité Central [del Partido Comunista]”.

Billete, Billete
El empresario Manuel Milanés indicó en un vídeo en su canal de Youtube, que el anteproyecto y la convocatoria a “debate” del régimen no desemboca en una verdadera consulta, sino de una imposición. La supuesta pluralidad e inclusión que se vende desde los medios estatales es “solo si eres socialista”, subrayó, “si no eres socialista tú puedes ser homosexual, pero nada de eso es para ti, a usted lo que le toca es represión y cárcel”.
“[En Cuba] no se puede ser antisocialista. Primero debes ser socialista y después todo lo que tú quieras”, comentó Milanés. El también influencer, ejemplificó lo que creyó “algunos de los principales problemas” del nuevo Código, mediante un análisis que ha circulado masivamente por redes sociales.
El análisis, en forma de cartel y que tuvo su origen en la plataforma cívica “A la escuela, pero sin ideología de género”, refirió cómo el Estado cambia la institución del matrimonio por la unión de personas del mismo sexo. Esto ocurre aun cuando el propio Código permite la unión de hecho, elemento a favor del cual se han manifestado referentes conservadores como el productor audiovisual Sandy Cancino.
Milanés apuntó que el régimen sabe que en la oposición “hay muchísima gente progre, que defiende la ideología de género, y con esto nos están dividiendo, porque, aunque tengas el ´derecho´ a casarte, si eres opositor, lo que te toca es represión”.
“¿Y qué viene primero? ¿El derecho a la vida, a la propiedad y a la libertad, o el derecho a casarte con alguien de tu mismo sexo?”, cuestionó Milanés, que se ha convertido en un referente libertario para miles de cubanos.
“¿Qué bien primero, por orden de prioridades? ¿Qué es más inclusivo? -dijo- ¿En Cuba hay más gente que quiere ser libre, que quiere ser próspero, que quiere expresarse libremente, o hay mayoría de homosexuales que están preocupados porque no se pueden ´casar´, aun y cuando vivan juntos, aun y cuando pueda hacer la unión de hecho, que les garantiza los derechos”?
“Ya veremos a los progres de la oposición decir ´ ¡Esto es un logro, y vamos avanzando hacia la inclusión, y vamos saliendo de un régimen dictatorial! ´”, vaticinó Milanés, y advirtió que “ahí es donde está el gancho”.
“[El régimen] va a ponernos a discutir, a dividirnos”, subrayó, “pero por causa de quienes le dan más prioridad a este ´derecho´ de una minoría, antes que a los de una mayoría”.
Milanés expresó que él es de los que se opone al matrimonio homosexual, porque, según su parecer, destruye a la familia, “pero esa es una discusión que se debe dar en libertad”.
Asimismo, explicó que el Código de las Familias dictado desde el Partido Comunista, cambia la Patria potestad, por la responsabilidad parental, “un término que disminuye sutilmente la autoridad de los padres sobre sus hijos”.
Milanés afirmó que quien esté a favor del Código de las Familias está apoyando que el régimen cuente “con otro elemento de fuerza para coartar legalmente” a aquellos que luchan por la libertad de Cuba.
“Sería un acto egoísta porque están evaluando solo su problema, y no el de los opositores, los disidentes, de que dentro de una familia se pueda ´emancipar´ porque su padre es opositor –subrayó-, lo denuncie, se salga de su casa y los padres no cuenten con la patria potestad”.
El youtuber puntualizó que en el Código de las Familias se está imponiendo lo que dice la Agenda 2030, cosas que, aunque ninguno de los aliados del castrismo acepta, La Habana admite “porque la ONU les da billete, no les interesa el cubano, solo quien les da dinero, y si para que les manden millones tienen que pasar por encima de la opinión pública, lo van a hacer”.
“Ya verán a extranjeros yendo a Cuba a cambiarse de sexo, ya verán a extranjeros yendo a Cuba a alquilar vientres de madres desesperadas que tienen que vender a su hijo para darle comida a los que ya tiene y que no pueden mantener”, advirtió, en referencia a la posibilidad que abre el Código de las Familias para los llamados vientres de alquiler.
Ante el egoísmo, proteger a la familia
El pintor y columnista Julio Lorente refirió que “Un orden totalitario es experto en la confusión de términos. Los eufemismos y la ambigüedad es el arma por excelencia del colectivismo, en este caso desde una izquierda rancia”.
El joven, residente en La Habana, explicó que después de estudiar el Código de las Familias y escuchar “la monserga siniestra” de la psicóloga Patricia Ares en el programa del vocero del régimen Humberto López, arribó a sus propias conclusiones.
“El castrismo, hábil como siempre en el arte de dividir y destruir, ha logrado desviar la atención de lo que verdaderamente es el motivo principal de dicho código: la invasión definitiva por parte del Estado en las relaciones paternos filiales”, posteó en su perfil de Facebook.
En su opinión, el colectivo LGTBIQ+ ha devenido, sin concientizarlo quizá, “el leitmotiv inclusivo con el que el régimen cubano pretende hacer pasar gato por liebre” y, aunque ha sido históricamente víctima “de la homofobia verde olivo, ahora es el símbolo de permisividad de un Estado totalitario que no respeta a ser alguno”.
“El Estado cubano no cede a demandas ni luchas, por muy consecuentes que estas sean, todo lo contrario, el Estado cubano utiliza para sus fines el discurso que más oportuno le sea ante la opinión pública”, dijo Lorente, cuyos textos son habituales en medios como Radio Viva 24.
Para el autor, si dos personas del mismo sexo se aman, desean fundar su propio proyecto familiar y quieren un reconocimiento legal para “tener una visión ´integrada´ en la sociedad de sí mismos”, no hay problema. “Lo triste es que todo se resuma a eso, de ser así sería un egoísmo, porque la sociedad no es un colectivo, la sociedad es un cuerpo complejo y rizomático que parte de una institución que sí es fundamental y es la que se pretende finalmente socavar aquí: la familia”.
El programa Hacemos Cuba entre Arés y López, transmitido en horario estelar a inicios de febrero por la televisión estatal, configuraba una suerte de proceso de ingeniería social: hablaba de “reconfiguración de la niñez”, “padres nuevos para hijos nuevos”. Para Lorente, de ese modo no solamente “se ataca el concepto de paternidad sino el de obediencia”.
“La ley no es para interpretarla, eso es una falacia, cuando la ley no se entiende con claridad es el Estado quien se arroga la decisión final en su apreciación, es así como la llamada ´responsabilidad parental´ (concepto por el que cambian la patria potestad) está a merced de su cancelación por motivos que no quedan claros; y aunque el artículo 134 y sus incisos intenta explicar esa ´responsabilidad´, termina siendo humo”, dijo.
“Pudiera, en estos términos, existir la cancelación de la patria potestad por motivos políticos, perfectamente posible como en tantos países comunistas ha sucedido. ¿Parejas homoparentales que puedan adoptar o parejas heterosexuales con hijos propios, o esas madres solteras que se dedican al activismo político estarán a salvo bajo la normativa de este Código? –cuestionó- Por supuesto que no, el Estado, recuerden, es el garante de las relaciones intrafamiliares,
esta vez más de cerca”.
Sobre la “autonomía progresiva” dijo: “también mediado por el tinte político, por lo que la toma de decisiones no estará determinada principalmente por la NATURAL autoridad de los padres, sino que se extenderá a otros miembros de la familia y por supuesto de entidades estatales que ´atienden´ a la familia”.
“Si mañana tu hijo de 12 o 13 años quiere irse a reprimir a futuros manifestantes en las calles de Cuba, porque él todavía cree en el sistema o porque sencillamente le resulta una aventura, bajo esta ´autonomía progresiva´ es perfectamente posible sin la autorización de los padres, porque, según ésta dizque psicóloga, ´de la edad cronológica no depende la madurez´; claro madurez política. ¡¿Qué no es político en Cuba?!”, ironizó.
Lorente cuestionó: “¿Puede un “Código de familias” ser verdaderamente representativo al ponderar lo que no son derechos sino más bien garantías de colectivos en detrimento de otros? ¿Puede ser justo un “Código de las Familias” que hace caso omiso de los derechos naturales y morales de adolescentes sobre los que pesan condenas injustas que suman la edad que han vivido o más?”
“No soy fundamentalista, ni practico ningún culto religioso aunque tengo fe inquebrantable en Dios, mis palabras proceden de la honestidad no solo intelectual sino moral con la formación libre de mi hija -señaló. Como padre defenderé a capa y espada la autoridad vertebradora de mi papel como padre en la vida de mi hija. Ni el Estado, ni el falso proselitismo podrán impedirlo”.
Y concluyó: “Como la maldición socialista nos obliga a vivir gregariamente por la fuerza, y lo que se podría resolver con libertad política, y propiedad e educación privada no es más que un sueño en el Gulag tropical, solo resta un ejercicio de consciencia al decir: yo digo no”.
En otro post, Lorente compartió una imagen con el lema “Con mis hijos no te metas”, junto a este texto: “Totalmente. Ese Código de Familia es otro caballo de Troya del totalitarismo cubano”.
¿Vuelve a la tribu?
La economista Rafaela Cruz indicó en una columna para Diario de Cuba, que “una falta terrible” ensombrece al nuevo Código de las Familias: “el Gobierno entra a la intimidad del hogar convirtiendo en leyes, mandatos, amenazas y obligaciones, las naturales relaciones afectivas en las que se ha basado la humanidad desde que la familia nuclear sustituyó, por evolución espontánea, a la crianza comunitaria de la tribu”.
Cruz expresó que en sus frecuentes apariciones en los medios de comunicación masiva, los redactores de la norma refieren que es un “código que pone en el pedestal de la ley la solidaridad, el amor, la dignidad, el respeto”, pero “ni la solidaridad, ni el amor, ni la dignidad ni el respeto pueden ser legislados, no pueden ser impuestos, solo ganados a lo largo de la vida. Un signo típico de arrogancia totalitaria es querer legislar los sentimientos”.
“Otra falla imperdonable del futuro Código de las Familias es degradar la patria potestad. Aunque ya la estatalización y politización de la educación, más la obligatoriedad —de momento aparcada— de las escuelas al campo o las becas, son crímenes de lesa paternidad, ahora se ahonda en ello”, dijo.
“Aprobado el Código de las Familias, los padres ya no serán quienes decidan con quien se relacionan sus hijos. Ahora, va a protegerse el ´derecho´ de los menores a interactuar con otros miembros de la familia ´para que términos como madrastra, padrastro y abuelos, tengan mayor alcance legal en nuestras vidas´”, comentó la mujer.
“Según este derecho a la comunicación con los niños de abuelos y otras personas —incluso sin vinculo consanguíneo—, los padres tendrán que admitir que sus hijos se relacionen con personas que ellos preferirían alejados de su prole”, expresó.
“Lo general es que los padres sean los mejor informados sobre qué conviene a sus hijos, los más interesados —no los abuelos, los padrastros o el Gobierno—en el bienestar de los niños y los más motivados para dirigir correctamente la comunicación y sociabilidad de estos. Una norma general sobre quién debe decidir la comunicación de los niños, debería guiarse, precisamente, por lo general, no por casos puntuales”, refirió Cruz.
Por desgracia, dijo la columnista, “el universalmente aceptado positivismo legal provoca que las personas acaten las normas simplemente porque son ´legales´, sin plantearse la justicia subyacente. En Cuba, donde la ley es siempre injusta porque su origen es bastardo, este Código de las Familias, que se impondrá tras otro ´referéndum´ donde tiene toda voz el Gobierno y ninguna sus opositores, abre las puertas de los hogares cubanos al influjo del totalitarismo, que impone ley donde debe haber amor”.
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