Los reclamos de padres cubanos ante el Código “de las Familias” lanzado desde el Partido Comunista de Cuba, han puesto al centro de la agenda pública asuntos tan sensibles como la limitación de la Patria potestad.
Los conservadores, que llevaban meses abogando por el respeto de la familia frente a lo que sería el anteproyecto estatal, fueron los primeros en advertirlo y a partir de ello otros ciudadanos han alzado su voz.
Asimismo, han estado en la primera línea mediante iniciativas cívicas como la recogida de 140 mil firmas “en físico”, contra el reforzamiento del adoctrinamiento en las escuelas estatales siendo la mayor iniciativa de su tipo en la historia reciente de la isla.
Este hito en la lucha pacífica contra el sistema socialista cubano tiene su más cercano homólogo en el Proyecto Varela, otra histórica recogida de firmas contra el cuerpo legal de la tiranía, pero que solo logró recoger unas decenas de miles de firmas.
Sin transparencia
“A la escuela, pero sin ideología de género”, campaña organizada por evangélicos, aunque integrada ya por hombres y mujeres de otros credos o no creyentes, ha servido como plataforma para organizar a quienes se oponen a esa forma de neomarxismo, así como para visibilizar derechos, especialmente el de los padres a elegir la educación de sus hijos y las libertades de expresión y conciencia.
La campaña “A la escuela, pero sin ideología de género”, ha estado realizando un importante proceso de veeduría de las reuniones que el régimen ha presentado como “Consulta popular”, y ha denunciado importantes fallas.
La pasada semana subrayó en su perfil oficial de Facebook que “las primeras consultas populares se están dando hechos y manifestaciones que atacan la transparencia del proceso”, y llamó al Consejo Electoral Nacional a pronunciarse.
“En diversos lugares en Ciego de Ávila, La Habana, Mayabeque no ha existido el quórum necesario para la Consulta, la población ha pedido reprogramar la consulta y se han negado”, expresó el post. “La ciudadanía ha expresado que no está preparada, que no ha leído el proyecto y han ignorado la voz del pueblo”.
Igualmente, el texto denunció que las autoridades “están tomando las opiniones desfavorables al nuevo código como ‘dudas’, no como propuestas”, y añadió que “a la población no se le ha garantizado el tabloide con el contenido a debatir, lo cual es una maniobra para restringir el debate y evitar planteamientos negativos contra el Código de las Familias”.
Además de otras observaciones, la campaña subrayó que “la sociedad civil usará los canales, vías y plataformas para que se conozca la verdad y no se sigan pisoteando nuestros derechos civiles y seguiremos denunciando toda arbitrariedad”.
Si bien la maquinaria mediática estatal y la prensa independiente han silenciado o, incluso, atacado el liderazgo conservador frente a este levantamiento cívico, activistas y ciudadanos desde distintas posiciones políticas también se unen a los reclamos.
Agenda Neomarxista sirve para dividir a la oposición
Ana Olema, artista contestataria en el exilio, twitteó este 11 de febrero que con el Código de las Familias se pelea una guerra ideológica, “no se puede pelea socialismo con más socialismo”.

“Y todavía hay ´opositores´ que defienden este adefesio legal porque habla de matrimonio igualitario, a cambio de que el Estado sea dueño de nuestros hijos, de manera absoluta”, cuestionó.
Por su parte, la coordinadora de la Plataforma Archipiélago, Yahíma Díaz, publicó en su perfil de Facebook una imagen con la frase Con mis hijos no te metas, manifestando su preocupación por el cambio del término “patria potestad” por “responsabilidad parental” en el nuevo Código de las Familias.
En el caso de Díaz, al ser una opositora, las posibilidades de que el Estado restrinja sus funciones como madre o, en definitiva, le quite a sus hijos, es mayor, pues el Artículo 85 del Código vigente incluye como obligatorio al ejercicio de la Patria Potestad “educar a los hijos en la moral socialista”.

Hombres y mujeres de la oposición, como el periodista de Cubanet César Augusto San Martín, el escritor Yoe Suárez o la activista Ketty Méndez, quien también usó su perfil de Facebook para hacer saber su descontento con la nueva legislación, han sido amenazados por la Seguridad del Estado (policía política) con retirarles la custodia de sus hijos a casusa de su posición política.
El activista Lgbt Jancel Moreno, defendió el Código castrista, argumentando que “Patria Potestad es igual a Responsabilidad Parental”, sin mencionar que la primera implica una mayor autoridad de los padres sobre las decisiones de los menores de edad, mientras que con la segunda impone la “autonomía progresiva”.
Este término involucra, por ejemplo, que el niño podría decidir cambiar su sexo sin consentimiento de sus padres a la misma edad en que le está prohibido comprar alcohol o cigarros. En ese caso particular, si los padres se negaran a reforzar esa conducta estarían incumpliendo el Artículo 137, inciso p, que obliga a “acompañarles, de acuerdo con su autonomía progresiva [de los hijos], en la construcción de su propia identidad”.

Moreno, conocido por liderar en 2018 una campaña de ciberacoso contra el productor Sandy Cancino a causa de sus posturas conservadoras, subrayó que aunque Cuba vive una dictadura no está dispuesto a esperar a que haya libertad, para proponer lo que llamó “derechos”, en referencia a la puerta que el Código castrista abre para el matrimonio homosexual.
“Es decir: no le importa que otros derechos se vean afectados, sino que la agenda Lgbt se imponga. No le interesa la libertad, sino solo el avance de su agenda personal”, contestó un usuario de la red social Facebook.
La plataforma feminista YoSíTeCreo en Cuba también lavó el rostro de la tiranía mediante un extenso comunicado en el que afirmó que “el proyecto de Código de Familias, gracias a la consulta ciudadana realizada, ha ganado mucho en actualidad, integralidad y protección”.
“Como documento es una ley moderna y que cure demandas y necesidades poblacionales mucho más amplias que su precedente”, opinó, y a continuación expuso que “la desprotección no radica en las diferencias de los términos Patria potestad y Responsabilidad parental, sino en la aplicación arbitraria de las leyes”.
A pesar de reconocer esto, en los párrafos finales del comunicado habla sobre derechos que “garantizaría” el nuevo Código de Familias. Asimismo, reveló que

Por otra parte, la defensora de los Derechos Humanos Bárbara Travieso, publicó una reflexión en sus redes sociales sobre el tema, comenzando con la sentencia de que en Cuba la patria potestad de los niños es de la dictadura desde 1959.
En su opinión, la patria potestad ha ido perdiéndose desde que “no tuviste opción del tipo de educación que recibiría tu hijo. Cuando le pusieron pañoleta de pionero a tu hijo en la escuela. Cuando a tu hijo lo enseñaron a decir que sería como el Che. Cuando a tu hijo lo vacunaron sin tu consentimiento”.
“Cuando la escuela llevó a tu hijo a participar en un acto de repudio -siguió. Cuando a tu hijo le enseñaron marxismo sin tu consentimiento. Cuando enviaron a tu hijo a estudiar y trabajar en las ´becas´ y escuelas al campo desde los 12 años. Cuando a los 16 años tu hijo fue citado para el servicio militar. Cuando sin preguntarle si quería participar, a tu hijo le cobraron el CDR y la FMC a las niñas”.
Travieso finalizó su mensaje lamentando que ahora el régimen dice “que no tienes derecho a decidir si tú hijo se viste o no de mujer siendo varón o viceversa”.
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