“Con este golpe se marca el fin del Clan del Golfo”, dijo el presidente de Colombia, Iván Duque, el día que arrestaron a Dairo Antonio Úsuga, líder de esa organización criminal.
En la misma alocución, en octubre de 2021, Duque anunció que estaba por gestionar la extradición a Estados Unidos del hombre que hasta entonces dirigió la organización ilegal más grande del país: alias Otoniel, un exguerrillero, paramilitar y narcotraficante miembro de una poderosa familia —ligada a la ilegalidad— del noroccidente del país.
Después de varias demandas contra la extradición y en favor de que su versión fuera escuchada en Colombia, Otoniel finalmente viajó a Estados Unidos la semana pasada bajo la supervisión misma de Duque, quien siguió el traslado en vivo por videollamada, publica BBC.
Saludamos a las tropas del bloque de búsqueda especializado en Carepa, que tiene una tarea clara, sin ningún tipo de dubitación: esos bandidos no intimidan una sola familia más en Colombia. Vamos por ‘Siopas’, ‘Chiquito Malo’ y toda la estructura del Clan del Golfo. pic.twitter.com/bJSVpGkmDF
— Iván Duque 🇨🇴 (@IvanDuque) May 9, 2022
Pero al tiempo que las autoridades celebraban “un triunfo de la justicia sobre la impunidad”, los miembros del Clan, también conocido como Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC), estaban alistándose para paralizar a medio país. Esto en plena campaña presidencial.
Durante cuatro días, decenas de pueblos y carreteras en varias regiones de Colombia —en especial en el norte del país— estuvieron anestesiados por el riguroso toque de queda del grupo armado, que impidió actividades comerciales, sociales, de movilidad. La razón: estaban en contra de la extradición de Úsuga.
El lunes, un supuesto comunicado de la AGC anunció el fin del paro armado, un mecanismo de protesta usual de los grupos armados colombianos. Luego otra aparente comunicación del grupo lo desmintió. Solo el retorno de las actividades cotidianas confirmará el fin del paro.
Duque, por su parte, viajó al Urabá, la cuna de este grupo neoparamiliatar, para visitar comercios y anunciar nuevas extradiciones y una serie de ofensivas contra líderes criminales.
“El Clan del Golfo ha recibido los golpes más duros desde que nació esa estructura criminal”, dijo. Realizaron 300 capturas, allanaron bienes e incautaron más de 60 toneladas cocaína, informó.
Golpes duros, pero que, a juzgar por el paro, no marcaron el fin de la organización: al menos 74 comunidades en 11 regiones distintas estuvieron confinadas, casi 200 vehículos fueron incinerados y al menos ocho personas fueron asesinadas, unas por no cumplir las órdenes del grupo criminal y otras en ataques a la fuerza pública.
Foto: Reuters
Vía: BBC