Las autoridades rescataron a ocho mujeres víctimas de tráfico humano que fueron obligadas a vivir en malas condiciones y a trabajar en varios clubes de “entretenimiento para adultos” en la Florida para pagar su “deuda de viaje” por su traslado a Estados Unidos desde Cuba.
La Procuraduría General de la Florida y el Departamento de Policía del Condado Hillsborough informaron que dos sospechosos fueron arrestados por obligar a las víctimas a realizar actos sexuales comerciales.
Durante la investigación, los detectives también se enteraron de que algunas de las víctimas aparecían en anuncios en sitios de acompañantes en línea.
“Estos horribles actos de tráfico sexual se encuentran entre los delitos más depravados que hemos visto en mucho tiempo y resaltan cómo los delincuentes se están aprovechando de la frontera abierta de (Joe) Biden para promover su comercio ilícito”, dijo la procuradora general Ashley Moody, publica El Nuevo Herald.
La investigación realizada por la policía de Hillsborough reveló una operación de contrabando y trata de personas en ese condado y en Pinellas presuntamente realizada Maqueira De La Cal y Leonard García. Maqueira De La Cal supuestamente introdujo de contrabando a las ocho mujeres en Estados Unidos, obligando a las víctimas a tráfico sexual para pagar una enorme deuda bajo la amenaza de la violencia.
Los traficantes dijeron a las víctimas que debían $60,000 cada una, retuvieron las identificaciones y otros documentos de las mujeres, y las obligaron a vivir en espacios cerrados bajo el control de los traficantes.
“Fueron obligadas a trabajar en varios clubes de entretenimiento para adultos en los condados de Hillsborough y Pinellas y nunca se les permitió salir de la casa sin una escolta.
Todas las mujeres trabajaban como prostitutas, strippers y obligadas a realizar otros tipos de actos sexuales para pagar su deuda de $60,000 cada una”, detalló el jefe policial de Hillsborough, Chad Chronister.
Las mujeres, de 18 a 24 años, fueron amenazadas con violencia contra ellas y sus familias si no cumplían, dijo. Chronister informó que cinco de las víctimas compartían una habitación y las otras tres compartían otra. Tenían que ir a un solo baño y ninguno de los cuartos tenía luz.
Una de las víctimas hizo una llamada a una línea de ayuda para la trata de personas, que notificó a las autoridades sobre la operación. La mujer dijo que la trajeron desde Cuba a Estados Unidos través de la fronter con México.
Los detectives iniciaron una operación de vigilancia y el pasado jueves pudieron seguir a siete de las mujeres que eran escoltadas a un sitio y ponerse en contacto con ellas. La octava víctima fue hallada en la casa donde se llevó a cabo una orden de allanamiento.
En la casa los detectives localizaron dinero en efectivo, condones, un arma de fuego robada y diferentes documentos de identificación.
Se cree que el arma de fuego se utilizó como táctica de intimidación para obligar a las mujeres a realizar actos sexuales comerciales y para asustarlas y amenazar a las familias de las víctimas.
“No tengo ninguna duda de que si la sección de Trata de Personas del Departamento de Policía del Condado Hillsborough no hubiera intervenido cuando lo hizo, este negocio atroz habría continuado, crecido y podría haber llevado a la muerte de una de las ocho mujeres rescatadas”, dijo Chronister.
“A estos sospechosos no les importaba nada más que ganar dinero con vidas inocentes, que se vieron obligadas a vivir en condiciones de vida y de trabajo deplorables”, agregó. Los sospechosos en el caso fueron identificados por las autoridades como Amet Ramón Maqueira De La Cal y Rosalia Leonard García enfrentan 47 cargos por tráfico humano, por obtener apoyo de la prostitución, por transportar personas para prostitución.
También por uso ilegal de un dispositivo de comunicación bidireccional, por falso encarcelamiento, por obligar a otras personas a convertirse en prostitutas, por conspiración para cometer agresión sexual, contrabando de personas y por robo en mayor cuantía con un arma de fuego.
POR SONIA OSORIO
Foto: Facebook
Vía: El Nuevo Herald
