Rusia intenta reconstruir su golpeada red de espías en Europa con agentes ocultos en América Latina

El FBI interrogó al agente secreto ruso Arthur Eller durante dos semanas después de su arresto en Miami el 21 de enero y lo envió en forma clandestina a Alemania para que los servicios de ese país continuaran con la investigación.

Habían descubierto que Eller era uno de los hombres claves de la red de espionaje ruso que opera en Europa con “operativos dormidos” que se ocultaron por años en América latina.

Ellen fue entregado a los alemanes en Munich. A una hora de allí, en Weilheim, un pueblo de casas pintadas en tonos pasteles y con techos de tejas de madera, vivía el contacto más importante de Eller en la red de espías rusos en Alemania que oficiaba como agente doble.

Carsten Linken, un ex militar que los fines de semana entrena a un equipo de fútbol juvenil en ese pueblo, era el director de reconocimiento técnico, la unidad responsable de la ciberseguridad y la vigilancia de las comunicaciones electrónicas, del Servicio Federal de Inteligencia alemán, o BND,   publica Nuevo Diario.

De acuerdo a la revista Der Spiegel “aportaba aproximadamente la mitad del volumen diario de inteligencia de la agencia de espionaje”.

Eller era uno de sus principales contactos con Moscú y quien proveía de “agentes frescos” que mantenía escondidos en el continente americano para actuar en Europa cuando fuera necesario.

De esa red participaban Ludwig Gisch y su esposa María Rosa Mayer Muños que fueron detenidos en diciembre pasado en Lubliana, la capital eslovena, y formaban parte de la red de espías rusos.

Cuando los apresaron ambos tenían pasaportes argentinos. Vivieron en forma intermitente unos diez años en el barrio porteño de Belgrano y tuvieron dos hijos que nacieron en el Hospital Italiano de Buenos Aires y, por lo tanto, tienen nacionalidad argentina auténtica.

También se cree que estaba involucrado Sergey Cherkasov, un ciudadano ruso con la falsa identidad brasileña de Victor Muller Ferreira, acusado de espionaje al intentar infiltrarse como becario en el Tribunal de La Haya, en Países Bajos, donde, según las investigaciones, quería acceder a información sobre las investigaciones relacionadas con crímenes de guerra rusos.

Las autoridades holandesas lo deportaron a Brasil, donde fue detenido el 3 de abril de 2022 y condenado a 15 años de prisión por la Justicia Federal de San Pablo por “uso continuado de documentación falsa”.

Desde diciembre, Cherkasov está en prisión en Brasilia y Moscú solicitó su extradición. Se especula con que podría ser canjeado por el periodista Evan Gershkovich, el corresponsal del Wall Street Journal, apresado la última semana en Rusia y acusado por el Kremlin de ser espía estadounidense.

Rusia está tratando de recuperarse de la expulsión masiva coordinada el año pasado de oficiales de inteligencia rusos que operaban bajo apariencia diplomática en Europa tras la invasión de las tropas del Kremlin a Ucrania.

Cada día aparecen más pruebas de que el Servicio de Inteligencia Exterior de Rusia (SVR) y su Agencia de Inteligencia Militar (GRU) están tratando agresivamente de reconstruir sus redes de espionaje humano – en particular con la vista puesta en el armamento que Occidente está enviando como ayuda militar al gobierno ucraniano.

Desde la invasión de febrero de 2022, Bulgaria, Eslovaquia, Albania, Países Bajos, Alemania, Suecia y Noruega detuvieron a agentes y topos rusos que trabajaban para el GRU o el SVR.

Es lo que Ken McCallum, jefe del servicio de seguridad británico MI5, denomina el “golpe estratégico más significativo” contra Moscú en la historia reciente de la inteligencia, más de 400 agentes de inteligencia no declarados fueron expulsados de Europa desde febrero del año pasado, incluidos los de Francia, Bélgica y Alemania, reduciendo drásticamente el alcance y la capacidad del Kremlin para espiar en Europa.

Esta última semana, el Servicio de Seguridad e Inteligencia de Finlandia (SUPO), país que acaba de ingresar a la alianza militar occidental de la OTAN, informó que las expulsiones de oficiales de inteligencia rusos, y las denegaciones de visado para sus sustitutos, “debilitaron sustancialmente” las operaciones de inteligencia de Moscú en la región nórdica………….

Foto: Internet

Vía: Nuevo Diario

 

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