Los residentes de un pequeño pueblo de Sancti Spiritus, en el centro de Cuba, quedaron conmocionados el año pasado cuando el cuerpo de un maestro de escuela fue recuperado de un pozo.
Lo habían atado con piedras y pesadas piezas de maquinaria agrícola. Cuando lo encontraron, con la ayuda de familiares y amigos que dirigieron la búsqueda, ya llevaba tres días desaparecido.
Sus asesinos, que lo mataron para robarle su motocicleta Suzuki, fueron arrestados y condenados a cadena perpetua en junio.
Los medios de comunicación estatales, a los que en el pasado se les había prohibido publicar historias sobre crímenes, informaron sobre el asesinato y elogiaron a la policía por lo que dijeron fue una respuesta rápida, publica El Nuevo Herald.
Guantanameros opinan sobre la violencia: “Esto se ha ido de las manos”.#SOSCuba pic.twitter.com/G5NY4PqmcF
— Cubanet 🇨🇺 (@CubanetNoticias) August 31, 2023
En otro caso desgarrador ocurrido en junio, los padres de un sacerdote católico fueron agredidos con machetes después de que su madre sorprendiera a tres hombres enmascarados comiendo del refrigerador de su casa en un barrio suburbano de Santiago de Cuba, la segunda ciudad más grande de la isla.
Los padres del padre Leandro Naung Hung sobrevivieron y, apenas unos días después, la policía arrestó a los atacantes, dos hombres de 21 años y un hombre de 27 años que, según las autoridades, tenían antecedentes penales.
Naung Hung se negó a hacer comentarios para este artículo, pero anteriormente le dijo al medio de noticias independiente 14ymedio que el violento ataque fue el resultado de “la aguda crisis” en Cuba, “la pérdida de todo valor y la impunidad delictiva”.
Historias como estas, generalmente reportadas por primera vez por los medios independientes cubanos, se han vuelto más frecuentes en los últimos dos años en medio de lo que periodistas y cubanos en las redes sociales describen como una ola de crímenes impulsada por el hambre y la escasez.
Que las historias estén saliendo a la luz es un fenómeno relativamente nuevo para Cuba, donde desde los primeros días de la Revolución el gobierno ha controlado estrictamente los medios de comunicación y ha prohibido las historias sobre crímenes en los periódicos, la radio y la televisión.
Pero el auge de los sitios web de noticias independientes y las redes sociales, donde cada vez más cubanos publican fotografías y videos gráficos de crímenes espantosos, ha obligado incluso al gobierno a reaccionar.
“Cada vez que existen graves crisis económicas, las manifestaciones delictivas son más violentas,” dijo a el Nuevo Herald un abogado penalista defensor que trabaja en Cuba.
“Yo a mi familia le dije cuando empezó esta crisis que escucharemos crímenes horrendos de todo tipo, no solamente relacionados con el patrimonio, aunque evidentemente esos son los que más se manifiestan”. El abogado, que trabaja en un tribunal local en las afueras de La Habana y pidió no ser identificado por temor a represalias, dijo que está manejando “muchos más casos” que hace dos años.
“Sí, hay violencia, quizás no comparable a la de algunos países latinoamericanos, pero en comparación con el país que conocíamos antes, ya la violencia sí se percibe, se respira y las personas temen”, dijo.
“No lo puedo respaldar con estadísticas, pero sí con el conocimiento público de esa situación”. Cuba mantiene en secreto las estadísticas sobre el crimen, lo que hace más difícil entender los cambios en las tasas de criminalidad y si otros factores podrían estar en juego, como un mayor escrutinio de los medios o más personas publicitando los casos en las redes sociales……………….
POR NORA GÁMEZ TORRES
Foto: Internet
Vía: El Nuevo Herald